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martes, 8 de julio de 2008

En la búsqueda de la armonía para el concepto estético actual


Los alimentos que retrasan el envejecimiento, los ejercicios físicos, los chequeos médicos, cómo encarar el paso del tiempo y las nuevas técnicas para borrar las arrugas que evitan pasar por el quirófano, permiten mitigar los estigmas de la vejez, y recuperar el aspecto joven y saludable del rostro.


 

Así lo explicó a Salud y Bienestar el doctor Eduardo Stagnaro, especialista en cirugía Plástica, de cabeza y cuello, y Microcirugía.

La cirugía plástica es una rama de la medicina,  y si bien se conoce a los profesionales que se especializan por la cirugía estética, ésta sólo constituye una mínima parte de ella.

En diálogo con Salud y Bienestar, Stagnaro señaló que "quienes la ejercen deben tener formación en cirugía general, traumatológica, ortopédica y reconstructiva. La cirugía plástica tiene varias sub-especialidades, como la maxilofacial; la microcirugía (que sirve para unir vasos o arterias bajo un microscopio); la reconstructiva infantil, que repara labios leporinos o fisuras de paladar, o malformaciones congénitas; la reconstructiva de miembros inferiores; y la máxilo-facial, que se engloba en la cirugía de cabeza y cuello, donde se reconstruye el rostro de los pacientes".

Pero también en la mastectomía –amputación de mamas por cuestiones oncológicas- la cirugía plástica realiza un invalorable aporte junto con la tecnología para reconstruir el seno con una forma y turgencia corporal que contribuye a rehabilitar corporal y psicológicamente a una mujer que ha tenido que pasar por el trauma que el cáncer significa. "Así llegamos a la última rama que el cirujano plástico ejerce luego de 20 años de haber efectuado cirugía reconstructiva y reparadora; es la parte más linda, ya que aporta reconocimiento a nivel general. Pero insisto, es una parte mínima", idicó el profesional.

Revolución con modernas técnicas
La cirugía plástica se revolucionó en los últimos años con modernas técnicas, equipos e implantes. "Hoy nadie quiere ser viejo y por eso pretende mitigar los estigmas de la vejez, sea ésta en forma de arrugas finas o gruesas o surcos faciales. Por eso, lo que se busca es aplicar técnicas menos invasivas; es decir, lo menos traumáticas posible con los pacientes, para que permitan la rehabilitación más rápida y más efectiva".

Mini-lifting, hilos tensores o rellenos colaboran a mitigar los efectos del envejecimiento facial. "La evolución permitió un cambio muy importante en  los últimos 10 o 15 años. Antes venía una paciente de mediana edad y lo único que le podíamos ofrecer era un lifting quirúrgico para estirar la piel y los músculos profundos. De allí surgían caras edematizadas con grandes traumas quirúrgicos, pieles viejas y estiradas, la clásica cara acartonada. Hoy es distinto: los profesionales somos muy selectivos, el mínimo invasivos y realizamos cirugías con neuro-lepto-anestesia –que es ambulatoria y local-, para que la paciente salga y a las 72 horas esté incorporada a la vida familiar  o laboral".

Para ello surgieron equipos, materiales y técnicas mini-invasivas no quirúrgicas complementarias de la cirugía. "No podemos desconocer el avance tecnológico que hubo en estos últimos 10 o 15 años. Ahora viene una paciente de 40, 50 o 60 años y el cirujano plástico ya se fija en la piel y su calidad, la textura, que grado de caída presenta, cómo tiene el colágeno, que tipo de vida hace. Hay muchas alternativas que se pueden realizar y además, si a esos métodos complementarios se agrega la cirugía,  los resultados son espectaculares".

Entre esos métodos complementarios existen hoy materiales de relleno, como el Restylane, un nuevo producto que se utiliza para el tratamiento de las arrugas y pliegues superficiales más finos.

Artecol®, un producto francés que es un compuesto gelatinoso de partículas de plexiglas; Bioplastique, copolímero bifásico que consiste de una sustancia sólida, de fase permanente y una fase de gel de transporte que absorbe el cuerpo, materiales sintéticos u orgánicos, totalmente inocuos y aprobados por la FDA o Food and drug administration (Administración de alimentos y fármacos, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos de América. "Ningún profesional responsable aplicará un producto que no tenga aprobación de la FDA", advirtió Stagnaro.

A los materiales de relleno se suman los distintos tipos de peeling, métodos que quitan las capas superficiales de la piel para renovarla. "Sirve para mejorar su aspecto, su luminosidad, atenuar las arrugas y las manchas", explicó el profesional.

-¿Qué efectividad tiene?-  "Depende de la técnica que se elija. Algunos se realizan a base de ácidos y los resultados varían de acuerdo al tipo y a la concentración que se utilice. Otro método es el peeling con puntas de diamantes, que tiene un efecto más superficial. Y también está el que se realiza con láser que llega hasta las capas más profundas de la piel y logra mitigar las manchas y las arrugas más profundas".

Además, lo de última generación son los Láser o de CO2 y la luz pulsada,  que consisten en emisiones de luz que actúan profundamente en la piel. "Resulta ideal para las mujeres que tienen la piel envejecida y con manchas solares, estimula el colágeno".

Pero ahí no termina la historia: el Thermage es el proceso de rejuvenecimiento facial más avanzado que existe en la actualidad. "Se trata de un sofisticado sistema, que analiza con exactitud las características de cada piel y, de acuerdo a ellas, determina un programa de aplicación de radiofrecuencia localizada que elimina los signos del envejecimiento de la piel y le devuelve una apariencia juvenil y lozana".

El resultado es comparable de un lifting quirúrgico, pero el procedimiento es más sencillo, no invasivo, y no requiere tiempo de recuperación. Thermage se puede aplicar en la cara y el cuello, no hace uso de inyecciones ni anestesia, y es compatible con todos los tipos de piel, independientemente de su color, incluso si están bronceadas. No es doloroso, no deja cicatrices ni inflamación y requiere una única aplicación que dura entre treinta minutos y una hora y permite que el paciente vuelva de inmediato a sus actividades habituales.

Los resultados de Thermage aparecen paulatinamente, son notorios a partir de las ocho semanas de su aplicación y la mejoría es progresiva durante los seis primeros meses. 

En síntesis, una variada oferta para escapar a lo único que no se puede detener: el tiempo y sus efectos.

Un poco de historia
A pesar del enorme desarrollo de las técnicas reconstructivas y estéticas durante el siglo XIX, la especialidad no existía como tal. Casi ningún cirujano se dedicaba exclusivamente a este campo, ya que se consideraba que no era prioritario y que no estaba destinado a salvar vidas.

Pero mucho antes, en los anales de la medicina existen testimonios de reconstrucciones nasales en la cultura hindú, donde una de las penas que se aplicaba a los ladrones era rebanarles la parte cartilaginosa de la nariz.  
 
Si bien la especialidad surgió en los últimos 100 años para reconstruir a los heridos de la segunda guerra mundial en malformaciones físicas y faciales producidas por armas de fuego, los médicos que la ejercían eran cirujanos traumatólogos y ortopedistas que se dedicaban a reconstruir el contorno y la armonía corporal.

El enorme número de pacientes heridos por proyectiles forzó la organización de centros especializados tanto en Europa como en Estados Unidos. De estos centros surgen los "padres" de muchas de las técnicas que se emplean y del instrumental requerido para ellas.

Con la paz y la relativa prosperidad del periodo de entreguerras apareció una nueva rama de la cirugía plástica: la estética.


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