El envejecimiento comienza a hacerse aparente entre los 30 y 35 años. La piel se afina, pierde elasticidad y disminuye significativamente la síntesis de colágeno. Aparecen las arrugas finas y se evidencian en mayor medida las arrugas gestuales.
Además de los daños causados por la edad, hay factores que influyen para que el rostro envejezca de modo decisivo, como son los daños causados por la exposición al sol sin protección, dice la doctora Rosario Espinal, máster en medicina estética y propietaria del centro Soluciones Corporales Láser Clinic.
El daño solar, asegura, es el resultado del efecto de los rayos ultravioleta, el cual causa el 90% de los cambios de textura del rostro, pigmentarios y estructurales de la piel, ocasionando arrugas finas y otras lesiones.
Los radicales libres desencadenan la muerte celular, por un simple desequilibrio en una molécula de ADN que pierde oxígeno y provoca un proceso de oxidación, lo que minimiza la producción de colágeno y elastina, sustancias importantes para la buena salud de la piel.
Hidratación. Es un factor esencial para frenar el envejecimiento cutáneo, que se presenta de forma prematura cuando el contenido en agua de la capa córnea es inferior al 10%, ya que bajo este umbral la piel pierde su suavidad y elasticidad, mostrándose frágil, agrietada y deshidratada.
Para evitarlo hay que utilizar productos hidratantes o bien nutritivos si la piel es especialmente seca o se encuentra sometida a agresiones externas como el estrés o niveles de polución.
Hay que adquirir prácticas de vida saludable que faciliten la hidratación de la piel, como llevar una alimentación rica en frutas y verduras.
Tratamientos faciales
Los diferentes tipos de tratamientos disponibles en la actualidad son seleccionados por el médico, y se basan en la evaluación clínica-estética y en las necesidades de cada persona.
Según Rosario Espinal, el tratamiento preventivo se inicia a partir de los 30 años, a menos que la piel no haya sido particularmente dañada por un exceso de sol, por el uso frecuente de tabaco, enfermedades o un estilo de vida demasiado estresante para el organismo.
Así, los peelings faciales son ideales para refrescar la piel fotoenvejecida, con alteraciones pigmentadas, acné, manchas o cicatrices.
La microdermobrasión también es ideal para exfoliar progresivamente las capas epidérmicas para eliminar así las imperfecciones de la dermis propulsando microcristales de aluminio y aspirar simultáneamente las células muertas.
Otro método muy recurrido para combatir el envejecimiento cutáneo es la microterapia facial remendada para nutrir, estimular la producción de colágeno y tonificar.
El botox, los implantes de relleno y los tratamientos con láser generalmente son utilizados en casos más especiales.
El mejor momento para comenzar a tratar la piel
A los 30 llega el momento de hacerle frente a las arrugas que aparecen en la frente y orejas, además de los capilares rotos y manchas que comienzan a afectar la piel.
Es el momento de empezar con la exfoliación semanal, con la aplicación de hidratantes enriquecidas con retinol y las vitaminas e ingredientes que luchen contra los radicales libres.
A los 40 años el cutis necesita reafirmarse y nutrirse.
El contorno de los labios y del entrecejo muestran arrugas y las temidas patas de gallo se dan a conocer. Hay que usar productos despigmentantes, que borran y difuminan las manchas.
De los 50 en adelante, la piel pierde luminosidad, flexibilidad y elasticidad por el cambio hormonal.
El síntoma más marcado es el adelgazamiento de la dermis que se atrofia y hace que los tejidos se relajen más que en cualquier otro momento de la vida.
Se deben utilizar productos que que tonifiquen y difuminen las arrugas.
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