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martes, 15 de julio de 2008

Una cirugía pone fin a los rostros ruborizados

La patología puede corregirse con la extracción de un ganglio torácico. El mal tras la intervención tiene una solución del 94%. Hay quienes se oponen
El problema para los que sufren vergüenza parece tener un final, a través de una intervención quirúrgica, como señalaron en el primer simposio sobre el tratamiento llevado a cabo en Barcelona.

Los afectados por este sonrojar de su rostro ven su vida limitada por la mirada de los demás. Les genera aislamiento y hasta fobia social. Muchos acaban automarginándose de la vida pública.

La intervención consiste en la intervención usada para curar la hiperhidrosis o sudoración excesiva, es decir, una pequeña incisión en la axila y la extracción del segundo ganglio simpático torácico, lo que soluciona el problema en el 94% de los casos, según los profesionales según informa el diario Clarín.

Sin embargo, hay médicos que no coinciden con este tratamiento. Sostienen que es una intervención compleja, porque hay que ir más alto que para tratar la hiperhidrosis, y entonces está más cerca de una región complicada.

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