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lunes, 30 de junio de 2008

Ser funcional, premisa para una cirugía nasal

El aspecto estético también es válido en la intervención

Existen muchos mitos y confusiones al respecto de la cirugía de nariz (cirugía nasal).

Como previamente comenté en el artículo de la semana anterior, la cirugía nasal no necesariamente implica un cambio en la forma de la nariz, dice el doctor Mario Alberto del Villar Cervera, otorrinolaringólogo.

Me explicaré. Múltiples son las razones para llegar a decidir operarse la nariz. En un lado de la balanza podríamos poner las razones funcionales para la cirugía, es decir, la dificultad que puede existir al respirar por nuestra nariz.

Del otro lado, podríamos situar el aspecto estético; es decir, el deseo que tiene una persona de mejorar las condiciones cosméticas de su nariz. Ambos, son muy válidos y respetables.

Partiendo de esa premisa y considerando cada caso en particular, existe también la posibilidad de entremezclar los dos lados; a entender, realizar una cirugía funcional y cosmética al mismo tiempo. Aquí lo importante es que ambos lados de la balanza queden perfectamente equilibrados y no se sacrifique; me refiero en particular a la Función, en virtud de un "aparentemente" mejor resultado estético o "plástico" como muy frecuentemente lo mencionan los pacientes. Encontrar ese equilibrio no es fácil y solo el cirujano de nariz experto logrará poner cada pieza en su lugar a favor de un mejor resultado. Así que contestando la pregunta que realizó mi paciente al respecto de si la cirugía nasal, necesariamente implicaba un cambio estético, respondo categóricamente que no.

Cuando alguna persona presenta una deflexión (desviación) de la pared que separa una fosa nasal de la otra (tabique nasal) y, ésta obstruye el flujo normal de aire que debería transcurrir por el pasaje aéreo correspondiente (fosa nasal), es meritorio corregirlo mediante una septoplastia (corrección del tabique nasal; recordar una vez más, de la pared que separa ambas fosa nasales). Este es un procedimiento comúnmente requerido por nuestros pacientes y que se realiza bajo anestesia general, a la que me permitiré referirme en un futuro próximo. No deja cicatriz alguna, siempre y cuando se realice en forma conservadora, por vía intranasal (por dentro de la nariz), aunque existe otra vía de abordaje (externa) que pudiera dejar una pequeña cicatriz en la columela (parte anterior y media de la punta nasal) pero que generalmente se requiere en situaciones por excepción, especiales. Puedo decir que la gran mayoría de mis pacientes, casi todos, no presentan cicatriz externa alguna y en caso de necesitar realizar una incisión que pudiera dejar una cicatriz visible, es indispensable y por demás correcto, informar al paciente o, en su caso, a sus familiares.

Infinidad de veces me han preguntado que entonces ¿cómo es que opero la nariz? y cuando les respondo que a través de una pequeña incisión interna resolveré el problema de su desviación de tabique, por lo general se sorprenden. Un sinnúmero de instrumentos han sido confeccionados para realizar las múltiples maniobras que se requieren en este tipo de cirugías, aunque conforme van pasando los años, los cirujanos de nariz, nos percatamos que cada vez más, necesitamos menos; no obstante, siempre es una tranquilidad saber que contamos con todo lo necesario. Por último, en este renglón, me gustaría comentar que las técnicas y los avances médicos, han permitido que en lugar de esos taponamientos extensos y tan molestos; hoy día, siempre y cuando sea posible, se apliquen férulas internas que al tener canalizaciones permiten a su vez, aún parcialmente, respirar por la nariz después de la cirugía. Todavía hay mucho que comentar; no se lo pierda la próxima semana.—

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