Entre los beneficios de las inyecciones con Botox, esta su uso para prevenir las cefaleas en pacientes adultos con migraña crónica, esto implica que el dolor se produce más de 14 días del mes y que a menudo pueden tener efectos debilitantes en los que la padecen. Aunque los investigadores aún no están seguros de cómo actua el Botox para aliviar las personas que sufren migrañas, una teoría es que bloquea las señales de dolor que llegan a través de las terminaciones nerviosas.
Tambien se considera que su uso puede beneficiar para el tratamiento de parpadeo incontrolable, los espasmos, la sudación y, por supuesto, mejorar el aspecto de las arrugas.
Es importante tener en cuenta que los resultados que se observan en las pruebas de laboratorio, muchas veces no alcanzaron a superar el resultado de los placebos.
Sin embargo, el uso de inyecciones de Botox también implican ciertos riesgos para la salud, tanto que Alérgenos, la empresa que crea y comercializa Botox hace algún tiempo fue condenada a pagar 212 millones de dólares a Douglas Ray, el hombre al que se le inyectó Botox para mejorar los temblores en las manos y poco después se enfermó quedando con un daño cerebral permanente, que requiere atención las 24 horas. Antes de este caso Alérgenos tuvo que pagar 600 millones de dólares al gobierno por la comercialización y venta de Botox, de manera ilegal, para usos no aprobados.
En el pasado, el Botox ha sabido causar reacciones graves e incluso muertes, posiblemente por la aplicación, de forma accidental, de una sobredosis. A veces, la toxina se extiende más allá del sitio de la inyección, que resulta ser riesgoso para la salud. En un cierto punto el músculo que se inyecta no puede absorber toda la toxina botulínica y esta pasa a la circulación sanguínea, y a partir de ahí, puede causar problemas para respirar y tragar.
Mucha gente sabe acerca de los riesgos para la salud que Botox plantea, pero se plantea que un estudio ha demostrado que la toxina puede dificultar la gente emocionalmente. Según las conclusiones a las que se arriba, la percepción de la emoción se vio afectada de manera significativa en personas que habían recibido un procedimiento cosmético con Botox para mejorar el aspecto de las arrugas, con lo que se reduce la retroalimentación muscular de la cara en comparación con otro procedimiento como el relleno dermico, que no reduce la retroalimentación muscular.
Básicamente, los psicólogos afirman que los seres humanos pueden identificar las emociones e imitarlas, pero alguien con Botox no puede imitar a su vez, y se vuelven menos capaces de percibir los sentimientos de otras personas.
Además, se realizó un estudio que afirmaba que los destinatarios de Botox no pueden sentir sus propias emociones (gracias a una falta de expresión facial), que a su vez interfiere con su capacidad de sentir empatía.
Suena de miedo, por no mencionar de un poco inverosímil, pero recordé que algo tan aparentemente intrascendente y sutil como forzar una sonrisa puede mejorar el estado de ánimo, este es un fenómeno que se ha demostrado una y otra vez por científicos y médicos.
El Botox es todavía un misterio, a pesar de su abundancia en las oficinas de cosmetólogos, sus efectos sobre otros aspectos de las arrugas, incluyendo cosas tan diversas como dolores de cabeza y emociones, es tema de debate sobre los beneficos y los riesgos para la salud, tanto física como mental que su aplicación implica.
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