Estudios estiman que el 50% de las personas que se realizan piercings representan infecciones en la zona perforada.
Los especialistas aseguran que al romper la piel se vulnera la primera de defensa del cuerpo.
Esto puede ocasionar infecciones leves o severas.
"Puede acarrear una infección tan severa en ese sitio que los chicos pueden perder el pelo en la zona. Si tú puedes ver en la calle jovenes que tienen un segmento de ceja sin pelo, sin son aplicados en la nariz y se infecta el cartílago nasal, es muy delicado. Las infecciones lo desbaratarán, por eso la deformidad nasal es tan frecuente", dijo el Dr. Pedro Grajeda.
Los lugares del cuerpo más sensibles y expuestos son susceptibles a infectarse.
En la lengua el piercing disminuye la sensibilidad y altera el sentido del gusto.
También se han registrado casos de problemas alérgicas en personas a las que se les aplicó anestesia antes de perforarlos sin supervisión médica.
"Estos fenómenos alérgicos pueden ser como una simple urticaria, o ser tan graves que lleven al paciente a un paro cardiaco", añadió el Dr. Pedro Grajeda López.
Si el instrumento que se usa para perforar la piel no está totalmente esterilizado, además de infectar la zona, puede transferir enfermedades como la hepatitis o el HIV.
Los estudios de tatuaje y perforación regulados por la Secretaría de Salud solamente trabajan con material estéril.
"Y no anestesiamos porque para anestesiar se necesitan hacer estudios, si bien sea anestesia local no puedes hacerla sin saber qué tipo de estado físico tiene tu cliente, es arriesgado", comentó Andrés López, perforador de piercing del estudio Tatoo gallery.
Pero, reconocen que algunos perforadores no regulados aplican anestesia poniendo en riesgo a sus clientes.